MÁS ALLÁ DEL PAÑAL: UNA MATERNIDAD CON APOYO EMOCIONAL.
El Día Mundial de la Salud Mental Materna busca visibilizar los desafíos emocionales que enfrentan muchas mujeres durante el embarazo y el posparto.
Cada tercer miércoles de mayo se conmemora el Día Mundial de la Salud Mental Materna, una fecha que invita a abrir los ojos y el corazón a una realidad que, aunque silenciosa, afecta a miles de madres en el mundo. La marca de pañales Mi Bebé se une a esta conmemoración para visibilizar un mensaje clave: para cuidar a un bebé, primero hay que cuidar a su mamá.
¿Qué es la salud mental materna y por qué importa tanto? La maternidad es una etapa profundamente transformadora, pero no siempre se vive como se cuenta. Más allá del embarazo y el parto, ante tantos cambios, cuidar la salud mental de una madre es velar por su bienestar emocional antes, durante y después de traer vida al mundo.
Tamara Antelo, psicóloga especialista en maternidad y embarazo, explica que la madre es la base emocional del desarrollo de un hijo. El vínculo, el apego y la relación que se construyen desde los primeros días son fundamentales para su crecimiento. Por eso, es importante no olvidar cuidar a quien cuida.
Factores que pueden afectar el bienestar mental de una madre
La especialista señala algunas causas clave que se deben considerar:
Cambios hormonales y físicos: el cuerpo cambia, el sueño se interrumpe y la lactancia exige más de lo que imaginamos.
Trastornos emocionales previos: haber lidiado antes con ansiedad o depresión puede volver a activar ciertas emociones.
Falta de red de apoyo: la maternidad no fue pensada para vivirse sola. Antiguamente, otras mujeres cuidaban a la madre. Hoy, muchas están solas.
¿Cómo saber si una madre necesita ayuda?
Si se nota tristeza persistente, cambios bruscos de ánimo, pensamientos intrusivos o dificultad para vincularse con el bebé, es momento de hablarlo. “Si estos síntomas duran más de dos semanas y afectan la vida diaria, no hay que dudar en buscar ayuda profesional”, aconseja Antelo.
Acompañar sin invadir: cómo apoyar desde el entorno. No se trata de “quitarle el bebé” a la mamá, sino de cuidarla a ella. Cocinarle, ayudar en casa, darle una noche de sueño o simplemente preguntarle cómo se siente, son gestos poderosos que alivian la carga emocional sin dejar que sienta que lo está haciendo mal.
Existe aún mucha presión social sobre cómo “debería sentirse” una madre. Pero ser mamá no significa estar feliz todo el tiempo. Una forma de abrir el diálogo puede ser tan simple como: "No me estoy sintiendo bien últimamente y me preocupa no poder disfrutar esta etapa. Me gustaría hablarlo con alguien". Es primordial que el entorno a la mamá sea una red apoyo.
Desde el deseo de ser mamá, ya empieza el cuidado
La salud mental materna se cuida desde antes del embarazo. La especialista recomienda:
Alimentarse bien y ejercitarse.
Construir una red de apoyo.
Informarse sobre la maternidad real.
Conversar en pareja sobre roles y expectativas.
Validar y escuchar sin juicio, el mejor antídoto al aislamiento
El simple acto de escuchar sin interrumpir, sin minimizar ni juzgar, puede prevenir trastornos como la depresión posparto. Cuando una madre se siente validada, se siente más acompañada y comprendida. “Quiero que las mamás sepan que no estamos solas. Les digo de mamá a mamá: escúchate sin juzgarte, háblate con amor, rodéate de mamás -pero no te compares con ellas-, pide ayuda si te sientes sobrepasada y, sobre todo, no te dejes de último. Si la mamá está bien, el bebé está bien”, recomienda.
Consciente del rol fundamental que juega en los primeros años de vida, Mi Bebé reafirma su compromiso con el bienestar integral de las familias bolivianas, promoviendo no solo el cuidado físico del bebé, sino también el acompañamiento emocional de las madres. A través de iniciativas de concientización y contenido educativo, la marca impulsa espacios de diálogo donde las emociones maternas son validadas y escuchadas, fortaleciendo así el lazo entre el cuidado y el amor propio en la maternidad.
“Junto a Mi Bebé estamos aquí no solo para acompañarlas en cada etapa de su bebé y también en las suyas. Porque detrás de cada pañal cambiado, hay una historia, un cansancio, una alegría y muchas veces, una necesidad de ser escuchada”, comenta Mónica Vargas, directora de Marketing de Italsa.